Por los 8 minutos que estuvo parado el partido cuando el árbitro Pereyra tomó la discutible sanción de no convalidar el segundo gol de Marquesado para cobrar un tiro libre a favor del Tricolor, es que el tiempo adicionado se hizo eternidad para los locales. Sonó el pitazo final y el defensor de Peñarol Andrés Barrionuevo no toleró la eliminación, por lo que se trenzó a golpes con el utilero de Marquesado, el inicio de una serie de incidentes que desembocó en la invasión de unos 50 hinchas del local (no se permitió el ingreso de público visitante al partido). Incluso con duelos de invasores entre sí, la tensión duró 5 minutos hasta que la policía controló la situación y los jugadores de Peñarol se retiraron, por segunda y definitiva vez, al vestuario.