Al final, la Fiesta Nacional del Sol volvió a brillar pese a todo: a la suspensión del miércoles por riesgo de electrocución, a la inundación del predio, a que la lluvia siguió golpeando hasta la media mañana de ayer y a que el cielo se abrió recién a la siesta. Anoche, las puertas de la feria volvieron a recibir al público y detrás quedó una jornada de especulaciones, de inspecciones y de un intenso trabajo para dejar en condiciones el predio, que pareció devastado por el temporal de lluvia y granizo de la víspera. Y la clave para que volviera la normalidad fue que las instalaciones eléctricas de los stands superaron las inspecciones de Bomberos, pues al mojarse representaron riesgo de electrocución. Precisamente, porque no estuvo garantizada la seguridad de las personas, el miércoles había sido suspendida la actividad en la feria. Y de todos modos, las nubes de anoche preocupaban a más de uno.

"Las carpas tenían los tres elementos básicos de seguridad, llave térmica, disyuntor y descarga a tierra, pero estaban mojados. Por eso, cuando el tiempo mejoró, los electricistas reforzaron las descargas a tierra en los stands, mientras que las instalaciones apoyadas o enterradas en la tierra que quedaron mojadas, como las de los ranchos de comidas, el sector del predio más complicado por la lluvia, fueron reemplazadas. Por eso se habilitó el predio", explicó José Chicahuala, responsable de seguridad del complejo. Precisamente, Chicahuala y los bomberos Carlos y Marcelo Heredia encabezaron por la mañana una inspección general de la feria, stand por stand. Y por la tarde, en las carpas en las que pidieron modificaciones, volvieron a revisar antes de habilitarlas.

Con botas de goma y tocando los tableros con destornilladores, los bomberos revisaron cada una de las instalaciones eléctricas. Pero con cables de freezers y heladeras sumergidos en el agua, enchufes mojados y sectores inundados, el panorama hasta el mediodía era tan desalentador, que nadie se atrevía a asegurar que el predio podía volver a habilitarse. Sin embargo, los 10 electricistas del complejo más otros contratados en forma particular por los dueños de stands trabajaron sin descanso reforzando las descargas a tierra de las instalaciones eléctricas, es decir, enterrando otra jabalina en el suelo y conectando a ese hierro el tercer cable de cada toma eléctrica. Los sectores menos perjudicados por la lluvia fueron los del Ferrourbanístico y la Plaza España, ya que el pasto absorbió el agua. Pero en el Predio Ferial la situación era diferente, ya que al no haber desagües, el agua se acumuló en las ranchos de comida del lado de la avenida España, inundándolos.

Con bombas y secadores de piso sacaron el agua de lluvia, mientras que desde las 15, cada uno de los dueños de stands ya tuvo el vía libre para trabajar en el reemplazo de los cables y las fichas mojadas. A las 20, pese a algunos detalles, el predio ya estaba listo para recibir nuevamente al público, que le devolvió la alegría y el color tras un miércoles de lluvia y angustia.