La cara de consternación se refleja en todos los vecinos de Dos Acequias, en San Martín, donde vivía Alexis Pérez, el niño que murió después de descomponerse mientras jugaba al fútbol a causa de un aneurisma. Los vecinos más grandes no entienden por qué un chico tan alegre tuvo que tener un final tan triste y los niños preguntan a cada rato por qué murió su gran amigo. Mientras los vecinos tratan, a pesar del dolor, de seguir con la vida como antes, los padres del nene de 9 años no quieren volver a la casa familiar. ‘La vivienda era el punto de encuentro de toda la familia y ahora que él no está se les terminó la alegría‘, dijo Marina Rodríguez, la abuela paterna de Alexis.
Hincha fanático de River, buen alumno y excelente amigo. Respetuoso, sonriente y siempre pendiente de ayudar a sus vecinos, ya fueran grandes o chicos. Así definieron al pequeño algunas personas que lo conocían desde que nació. Natali Rodríguez, la mamá de Kevin el mejor amigo de Alexis, contó que sufrió mucho con la muerte del niño. Es que, los chicos hicieron hasta 2do grado juntos y viven en casas enfrentadas. ‘Todos los días estaban un rato en mi casa y luego en la de Alexis. Almorzaban juntos cuando querían y les encantaba jugar a las balitas y el trompo. Tenían juegos muy sanos‘, dijo la mujer y contó que su hijo aún no entendía por qué su amigo inseparable no iba a volver más. ‘Estaba muy triste, al igual que los otros niños del lugar, y hoy (por ayer) quiso ir a la escuela para pensar en otra cosa. Es muy chico y aunque no quiera demostrarlo está sufriendo mucho‘, dijo. Otros vecinos contaron que siempre se lo veía en su bicicleta y que ayudaba a la gente cuando estaban regando, limpiando o cuando tenían que alimentar a las cabras.
Ayer, la vecindad trataba de volver a la cotidianidad después de que el niño fuera sepultado en el cementerio de San Martín, sin embargo la familia seguía sumida en el dolor. ‘Mi hijo y su familia no quieren regresar a la casa porque les va a traer muchos recuerdos‘, dijo la abuela de Alexis y contó que su nuera tuvo que ser trasladada al hospital porque sufrió una crisis de nervios. Antes había sufrido una cuando le dieron la noticia de la muerte de su hijo.
Con una foto de su nieto en la mano y sus ojos aún hinchados de tanto llorar, la mujer que vive junto a la casa familiar, se mostró más tranquila que el día anterior y contó detalles del sepelio. ‘Nos reconfortó un poco ver cuánta gente lo quería, porque eso demostró que hicimos las cosas bien y que era un excelente niño‘, dijo Marina y contó que cuando salieron de la sala velatoria tuvieron un acompañamiento con más de 100 autos. Además, ella y los vecinos que participaron del sepelio dijeron que tuvieron dos paradas llenas de emociones: la escuela, donde todos los alumnos estuvieron en la vereda para despedir el féretro, y la casa del niño.

