En febrero de 2009, cuando el pueblo jachallero de La Ciénaga se estaba quedando sin habitantes por falta de futuro, desde el municipio anunciaron que iban a poner agua potable para convertir ese paraje en un atractivo turístico y generar así más arraigo. Pero el tiempo pasó, y los habitantes del lugar siguieron recibiendo agua en camiones y consumiendo también la del río, como antes. Hasta que ayer, 2 años y 5 meses después de aquella promesa, finalmente se inició el camino para que La Ciénaga tenga su propia agua potable. Ayer mismo se abrió los sobres para licitar la obra, y desde la Municipalidad aseguraron que todo estará terminado antes de octubre próximo, cuando sean las elecciones generales.

Las ofertas presentadas pertenecen a dos empresas, Héctor Montilla y Redes Com, que ofertaron respectivamente 374.107,08 y 366.936,53 pesos. Ahora el municipio deberá decidir a cuál de las dos licitarle el trabajo de La Ciénaga. Pero esto es sólo por la mano de obra, ya que los materiales, valuados en unos 150.00 pesos, fueron costeados íntegramente por la minera Barrick. En tanto que la inspección de la obra estará a cargo de OSSE. Ayer el intendente Jorge Barifusa dijo que comenzarán "cuanto antes" con los trabajos y que el plazo de obra es de 60 días.

Lo que harán en La Ciénaga, según anunciaron, será tomar agua de la Vertiente de la Totora, desarenarla, enviarla a un acueducto de unos 6 km y luego conducirla hasta una cisterna, donde será potabilizada. Como aún no está previsto hacer la red domiciliaria, se colocará un surtidor comunitario en la cisterna, de donde los vecinos podrán sacar el agua potable y llevarla a sus casas.

La Ciénaga se encuentra unos 25 km al noreste de San José de Jáchal y, según el municipio, tiene unos 90 habitantes. Allí hay una escuela con 30 alumnos de esa y otras localidades. Todos toman el agua que les llevan en camión desde San José y dese Huaco, y también usan el río Huaco. Y la escasez y la racionalización extrema del recurso siempre fueron moneda corriente.

Con el éxodo sufrido en el lugar, los cienaguinos quisieron impulsar el turismo como alternativa. Fue así que lograron acelerar los trámites para, por primera vez, tener su propia agua potable en el pueblo.