Luego del trasplante, lo que más alegría me dio fue que podía planificar vacaciones largas sin pensar cómo continuaba con el tratamiento de diálisis que me hacía. Comencé a sentir que no dependía de nadie y sentí mayor libertad”, expresó Hugo Pérez, quien hace 2 años recibió un trasplante de riñón y páncreas en Córdoba. Hugo, de 34 años, dijo también que, gracias a la intervención, ahora puede planificar salidas con sus hijos sin la necesidad de hacerlo con anticipación, es que ya no tiene que concurrir diariamente al hospital para dializarse.
Según contó Hugo, la vida sana que debe llevar como parte del tratamiento le dio un cambio rotundo a su vida. “Yo no voy a comer a restoranes ni pido delivery de comida porque no puedo hacerlo. Esto le trajo un beneficio a mi familia porque desde hace 2 años que tenemos una vida sana y en donde el deporte es la actividad más querida por todos nosotros”.