El calor no los venció. Estiraron las piernas al máximo y sus brazos se extendieron más allá de lo posible. La resistencia llegó al tope y cuando alcanzaron la cima, una sonrisa se les instaló en el rostro. Así, los chicos que participaron ayer de la instancia Regional Cuyana de Boulder, demostraron que a pesar de su tamaño, ellos también pueden convertirse en especies de lagartijas que trepan paredes, sólo con la ayuda de la fuerza de sus piernas y brazos. Esto ocurrió en el Club Andino Mercedario, que fue la sede del encuentro.
Llegó gente de San Luis, Mendoza y Córdoba, además de los participantes locales. Y los inscriptos sorprendieron a los organizadores. Es que unas 70 personas mostraron ayer sus habilidades para el boulder.
Se trata de una modalidad de escalada que consiste en escalar bloques de roca o pequeñas paredes, de hasta 8 metros, sin la necesidad de los materiales de protección convencionales de la escalada, como la cuerda, el arnés y los elementos de fijación. El secreto de esta disciplina se basa en la astucia de los “aperturistas”, que son los encargados de diseñar los problemas a resolver. Y este fue el desafío al que se enfrentaron los chicos de más de 5 años.
Los niños son los que más cuidados reciben en esta clase de competencia, pero en general se emplea una colchoneta portátil llamada ‘crash pad‘ y la pericia atenta de los compañeros, ‘cuidadores‘, quienes deben cuidar al escalador para que la posible caída no tenga consecuencias.
“Estamos contentos con la convocatoria. Llegó más gente de la que esperábamos. Por lo general, a este evento asisten unas 40 o 50 personas y esta vez hubo 70 inscripto entre todas las categorías”, dijo
Sebastián Aguiar, presidente de la institución‘.

