-¿Qué te impresionó al llegar al país?

– Haber venido hasta Argentina se sintió muy bien, aunque tuve muchas dificultades burocráticas para obtener la visa. Llegué aquí y la verdad que no me siento extranjero en esta tierra. Hay un calor humano que me hace sentir muy cómodo. Además reconozco este lugar, se parece mucho a donde yo nací. San Juan se parece a mi hogar. Un lugar con mucha serenidad y poco estrés.

-¿Cómo construiste tu camino por el mundo teatral?

– Cuando empecé teatro tenía apenas 3 años, cuando practicaba en una escuela de la iglesia protestante de mi comunidad. Para mí, el teatro nació cuando el hombre pudo contarle una historia a otro hombre. Hablar de un teatro por categorías, eso es cosa de las universidades. No acostumbro a catalogar qué es el teatro. En Africa, Latinoamérica, o Europa, el teatro es muy similar, salvo pequeñas diferencias. Nosotros trabajamos mucho los ritmos con el cuerpo.

– ¿Ha sido complicado tratar con tus compañeros latinos del elenco?

– Mi relación con los artistas es muy clara y fluida, no hablamos la misma lengua pero nos entendemos rápidamente.