Un hombre canoso, peinado para atrás, con mejillas coloradas, los ojos huecos o totalmente oscuros y una de sus manos hinchadas. Esa es la imagen que turistas de Neuquén dicen haber capado en una fotografía que hicieron en el Villicum para retratar la ciudad de noche. Ellos aseguran que es un fantasma. ’No lo podíamos creer porque además de que se ve el hombre claramente, no sale ni una luz de la ciudad, que fue lo que a nosotros nos atrajo a tomar la foto’, dijo Alberto Zúñiga, el papá de Gonzalo que fue quien hizo con su celular esa imagen. Desde hace varios años, la zona del Villicum es conocida como un lugar usado por las brujas para hacer sus maldades (ver aparte).
Los Zúñiga llegaron a San Juan hace unos días a pasar sus vacaciones y saludar a parientes que viven en la provincia. Un familiar los invitó a Rodeo por un rato a dejar unos papeles. Ellos accedieron, pues no conocían el departamento de Iglesia. Regresaron al Gran San Juan de noche. A eso de las 23, cuando estaban por llegar al primer barrio de Albardón notaron que desde el camino se veía toda la ciudad iluminada.
’Mi hijo dijo que parecía un brasero porque se veían las luces rojas y una al lado de la otra. A mí me hizo acordar a Bariloche. Entonces tomó una imagen con una cámara de fotos y vio algo raro. Luego la repitió, pero con el celular y ahí se vio el hombre’, dijo Alberto, que hasta ayer se preguntaba por qué se les apareció este supuesto fantasma a ellos.
Esa imagen fue tomada desde el vehículo. Los turistas sólo bajaron la velocidad del auto y el adolescente captó ese momento, sin bajar la ventanilla. ’Me asusté cuando vi al hombre y ahí nos contaron que en el Villicum pasan cosas raras. Yo después busqué en internet y vi que se veían duendes y otras cosas. Fue muy extraño, porque en la imagen el hombre se ve medio traslúcido y parece una persona antigua’, dijo Gonzalo, que tiene 14 años y que se preguntó que si esa persona habría sido alguien importante para la historia de la provincia.
Aterrados con la aparición, la familia mostró la imagen a otras personas y todos se atemorizaron y se preguntaron por qué se ve tan nítido ese hombre. Es más, tras esas conversaciones recibieron más información sobre las historias que se cuentan en San Juan sobre el Villicum.
’Parece alguien del 1800, si se le alcanza a ver hasta esos pañuelos blancos que usaban en el cuello y está muy bien peinado’, agregó Alberto y contó que es la primera vez que a ellos les sucede una cosa así. De hecho, lo primero que hicieron fue rezar y pedir protección. “Siempre pensamos que a los que les ocurre algo así están locos o son mentirosos, pero en ese momento no lo podíamos creer. Nos persignamos varias veces y rezamos porque uno no sabe quién es esa persona”, agregó el hombre, mientras que Gonzalo no paró de mirar la foto.