El dirigente de la UCR Ernesto Sanz lanzó ayer su aspiración presidencial diferenciándose de su competidor Ricardo Alfonsín al rechazar "el voto de la nostalgia" y al criticar con dureza la gestión del gobierno nacional. "Soy Ernesto Sanz y tengo un pasado, como todos, pero no me alimento del pasado ni aspiro a repetirlo, toda mi fuerza está en el futuro y no voy a permitir que mi pasado me hipoteque porque tengo en claro que las respuestas que la Argentina necesita hoy no las va a encontrar en lo que otros hicieron ayer", enfatizó.

Al embestir con dureza a la administración central que conduce Cristina Fernández, Sanz aseguró: "Este gobierno financió la campaña con dinero sucio. Señora presidenta su gobierno no tiene entidad moral para hablar de seguridad", dijo. También tuvo un capítulo hacia el sindicalismo al denunciar que "se aprovechan del trabajo de otros y se creen los dueños del país", aunque indicó que "siempre estaré del lado del derecho de los trabajadores y no de la burocracia sindical".

Ante el tradicional teatro porteño de la calle Corrientes, Gran Rex, colmado con radicales provenientes de provincias como Mendoza, Buenos Aires, Tucumán y banderas de la "Juventud Radical" y de "Franja Morada", Sanz prefirió enfrentar el desconocimiento que muchos le cuestionan en el marco del enfrentamiento con Ricardo Alfonsín.

"Ya que se repite tanto que no soy conocido, quizás deberían empezar diciendo simplemente: ´buenas tardes, me llamo Ernesto Sanz y quiero ser presidente de la República Argentina´", ironizó, luego de ingresar al escenario.

El precandidato intentó mostrarse como el candidato del futuro al aludir a dirigentes que fallecieron: "La Argentina de hoy no se explica sin ellos, pero ellos ya no están: Yrigoyen, Alvear ya no están, Raúl Alfonsín ya no está con nosotros, Néstor Kirchner se ha ido, recordarlos y respetarlos es de personas decentes, pero pedirles además que nos señalen el camino del futuro creo que es pedirles demasiado".