En algunas escuelas, las aulas estuvieron vacías. En otras, los chicos tomaron clases tapados hasta las orejas. Y también hubo establecimientos en los que los padres retiraron a sus hijos por falta de calefacción. La situación se vivió ayer, en el primer día de clases tras las vacaciones. Según el área de Supervisión del Ministerio de Educación, el presentismo alcanzó un promedio del 20%, durante la mañana. El motivo: el frío que hizo bajar el termómetro hasta los 8 grados bajo cero, según el SMN (ver aparte).

El mayor ausentismo se dio en los departamentos alejados. En Jáchal, por ejemplo, sólo se registró un 2% de presentismo por la mañana y la mayoría de las escuelas estuvieron vacías. Aunque no tan extrema, por la tarde, la tendencia continuó. En las escuela Normal, por ejemplo, se registró un 82% de inasistencia y en la San Martín, un 80%. En Calingasta, muchos papás decidieron no enviar a sus hijos por falta de calefactores y de agua, ya que las cañerías se congelaron.

Los problemas de calefacción también se vivieron en Capital. La escuela Bernardino Rivadavia recibió a los alumnos sin calefactores. “Por fallas en el servicio, en junio pasado, cortaron el suministro. Agrandaron las rejillas de ventilación y sacaron los calefactores porque no tenían válvulas de seguridad”, contó la directora, Luisa Romero. Y agregó que “el problema iba a estar solucionado en el reinicio de las clases. Pero seguimos igual. Estamos dando clases, pero no correrán las faltas por lo menos por esta semana”. Así, muchos papás se llevaron a los niños antes que ingresaran, los retiraron a media mañana y hasta juntaron dinero para comprar estufas eléctricas para las aulas.

Algo similar sucedió en la escuela santaluceña Carlos Pellegrini. “No tenemos calefacción desde el 27 de junio pasado. Es que se registró una pérdida de gas, entonces cortaron el servicio”, comentó la vicedirectora, Silvia Cardozo. De todos modos, allí hubo un 63% de asistencia.

En otras escuelas, la asistencia fue baja aunque las aulas están calefaccionadas. Fue el caso de la Luis Jorge Fontana, donde tomó clases menos de la mitad del alumnado.