Aunque con caras nuevas, el Capitolio mantendrá la correlación de fuerzas anterior a las elecciones del martes en EEUU, con el Senado controlado por los demócratas y la Cámara de Representantes con mayoría republicana, lo que augura la posibilidad de un nuevo período de trabas legislativas para Obama. En el Senado -donde se eligió sólo un tercio de los 100 escaños- los demócratas mantendrán su mayoría, con 52 bancas (uno más que en la Legislatura anterior), mientras los republicanos se quedarán con 44 bancas (2 menos). En la Cámara Baja (Representantes), donde se renovó la totalidad de los 435 escaños, los republicanos mantendrán su predominio con 232 bancas (2 menos que antes), mientras los demócratas tendrán 191 (1 más).
