El candidato por Compromiso Federal, integrado por peronistas disidentes, es el gobernador de San Luis desde el 10 de diciembre de 2003. Abogado, de 61 años, es hermano de Adolfo Rodríguez Saá, quien fuera presidente provisional de Argentina entre el 23 y el 30 de diciembre de 2001, en plena crisis económica y política.

Pintor y escultor, además de político, quedó quinto en las primarias, con el 8,7 por ciento de los votos, pero las encuestas indican que su intención de votos ha crecido y que hoy podría lograr un tercer lugar.

La ‘transparencia‘ es, según el gobernador, la clave de la gestión familiar en esta pequeña provincia que, gracias a una política de subvenciones y exenciones fiscales, intenta convertirse en un polo tecnológico y se anuncia como el ‘Hollywood‘ sudamericano, con modernos sets de grabación en los que se han rodado alrededor de un centenar de películas.

‘Es una vergüenza que en el país aumenten las villas miseria (asentamientos marginales), los problemas de seguridad y educación, el capitalismo de amigos‘, sostiene el controvertido gobernador, conocido por excentricidades como la construcción de una gigantesca pirámide para albergar las oficinas de gobierno que, según medios locales, costó más de 80 millones de dólares.

En las primarias del pasado 14 de agosto, el gobernador Alberto Rodríguez Saá logró más del 50 por ciento de votos en San Luis y fue el único que ganó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en una provincia.