Ricardo Vargas (25) y Paola Sarmiento (26) definieron su historia como “amor al volante”. Se conocieron en el colectivo, mientras él lo conducía ya que trabaja como chofer. El romance no surgió de un día para el otro. Tuvo que pasar tiempo para que la pareja se conectar y lograra un final feliz: armar una familia y tener dos hijos.

Todo fue azar. Hace cuatro años, la línea 43 de la empresa Mayo pasaba pocas veces al día y quiso el destino que fuese Ricardo el chofer designado para esa jornada. Aunque puso tomar otros colectivos, Paola decidió subirse al micro conducido por Ricardo. Al bajar del vehículo, la chica le contó a una amiga que le había “caído en gracia” un chofer de colectivo. Casualidad o no, el muchacho era conocido del novio de la amiga de Paola. El intercambio de números teléfonos fue inminente. Pero no se comunicaron porque no querían demostrar demasiado interés.

“Pasó un tiempo hasta que le mandé un mensaje porque mi compañero me insistía en que le escribiera. Me negaba porque ella sí me había visto pero yo no sabía quien era. Hasta que un día le escribí y me respondió rápido. Estaba esperando mi mensaje”, contó Ricardo.

Luego de varias semanas de mensajes de texto y llamadas decidieron conocerse. “Paola me dijo que iba a estar en la puerta del negocio para que la conociera. Entonces, pasé despacio pero vi a una chica que era fea y pensé que era ella, me confundí”, contó Vargas. Pues, la ilusión se le desplomó en ese momento y las ganas que el joven tenía de conocerla, disminuyeron.

Los jóvenes siguieron comunicándose por teléfono hasta que llegó el momento del cara a cara. “Pasó un tiempo y un día le pedí cambio. Cuando subí estaba él”, dijo Paola, mientras que Ricardo agregó que “ahí la vi y era un bombón, no era la que había visto esa vez. Me encantó”.

Luego de algunas salidas y cenas, se pusieron de novio y al poco tiempo Paola quedó embarazada de Octavio, que hoy tiene 3 años. La historia de amor no concluyó ahí ya que Danilo, el segundo hijo, nació hace 3 meses.

Ahora llevan cuatro años en familia. Paola aseguró que ya no siente tantos celos porque su marido está expuesto a “muchas tentaciones”. “Al principio sufrí mucho”, dijo. Ahora, la mayoría de los días espera el colectivo que él maneja para saludarlo y darle el almuerzo.