Miguel dormía y vivía en la Plaza de Concepción durante toda la obra de tallado del monumento a Juan Jufré y no precisamente porque quería estar cerca de su trabajo, sino por necesidad. Los pagos no se hacían efectivos y no tenía un techo, hasta que unos hermanos yugoslavos, de oficio picapedreros, le invitaron a su casa. Allí conoció a Gabriela Ciuk, una hermosa yugoslava con quien se casó y tuvo tres hijos: Miguel Angel, Selva y Gabriela, esta última fallecida. Ella era amante de la buena música, y admiraba a sus primas que tocaban en orquestas sinfónicas. Sin duda, una gran influencia para su hijo Miguel.
