�Entre febrero y junio de 2014 se produjeron protestas cotidianas que dejaron 43 muertos y 873 heridos, en medio de los cuales se inició un diálogo entre oficialismo y oposición promovido por la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Iglesia católica, que fracasó tras cuatro reuniones. Después, el gobierno encarceló a cerca de 80 opositores, entre ellos varios líderes partidarios, como Leopoldo López, y funcionarios electos por el voto popular, como los alcaldes Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, e inhabilitó a varios candidatos a diputados.
