Ninguna persona le encuentra forma a la Cámara Gamma que tiene el Hospital Marcial Quiroga. Es que el aparato está embalado en más de 15 cajas de madera que se van opacando por el paso del tiempo. Y aunque fue entregado hace casi medio año por el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, todavía sigue embalado y sin poder ser aprovechado. Este artefacto de alta tecnología que sirve para diagnosticar varias enfermedades se encuentra sin uso en los fondos del establecimiento. La razón de por qué no utilizan la máquina, que está valuada en más de medio millón de pesos, es que la Dirección de Arquitectura provincial no dispone aún el lugar para ubicarla, según dijo Susana Rudaeff, directora del hospital.
Desde que llegó la máquina al hospital público se comenzó a mantener conversaciones con la gente de Arquitectura para que la pusiera en funcionamiento. "Está el proyecto para ubicarla, pero desde Arquitectura no nos han dado una fecha para que la gente pueda usar el artefacto", dijo Rudaeff. De acuerdo con la profesional, se necesita un lugar que no tenga un subsuelo y un buen espacio para ponerlo en funcionamiento. En el edificio podría ser colocado si cambian de lugar algunas secciones, dijeron desde el hospital. Este diario intentó ayer en varias oportunidades comunicarse con el titular de Arquitectura, Pablo Zabala, pero no respondió ningún llamado.
El aparato que sólo se encuentra en dos centros de salud de San Juan, que son privados, pesa una tonelada y necesita un espacio de unos 4 metros por 5 para que funcione con comodidad. Con su uso se puede observar el funcionamiento de distintos órganos del cuerpo. Y esto es en forma no invasiva porque sólo se inyecta al paciente y no se le introduce un catéter, como con otros sistemas con los que se puede verificar el funcionamiento de los órganos.
Al paciente se le inyecta una sustancia radiactiva inocua que se aloja en un órgano específico. Esa sustancia es la que logra que la cámara perciba ese sector del cuerpo y las intensidades de sus reflejos determinan el nivel de funcionamiento del órgano y sus posibles problemas. Se puede detectar, por ejemplo, rasgos de epilepsias en el cerebro, enfermedades coronarias en el corazón o embolias de pulmón, y hasta indicios de presencia de cáncer. Y con los resultados, los profesionales pueden actuar sabiendo con certeza cuál es el problema específico del paciente.
Una ventaja que tiene esta máquina con respecto a los métodos invasivos es que la persona que la usa puede irse tranquilamente a su casa unos minutos después de la consulta. En cambio si se le introduce un catéter, deberá cumplir con uno o dos días de reposo. Por otra parte, un tratamiento de Cámara Gamma en el ámbito privado cuesta alrededor de 700 pesos, mientras que en el Marcial Quiroga sería gratuito, por ser un centro de Salud Pública.

