Entre varios regalos que le entregó el club a Martín Palermo, se destacó el arco que daba hacia Casa Amarilla, el que lo tuvo muchas veces como protagonista de hazañas imborrables. “Estoy muy contento por todo esto y me voy más que feliz de esta cancha. Pasamos cosas muy lindas y le agradezco a la gente todo el cariño que me dio desde la salida del hotel hasta llegar a la cancha”, sostuvo conmovido Palermo tras el empate. De todos modos, confirmó que jugará la próxima semana ante Gimnasia y Esgrima, en La Plata, su último partido como profesional. “Boca no sería esto si ustedes no estuvieran allí, alentándonos. Por eso quiero darles un agradecimiento eterno”, sostuvo el máximo anotador de la historia auriazul (235 goles en 403 partidos), muy emocionado y al borde de las lágrimas. “Un gol más, un gol menos, no iba a cambiar la historia. Me voy muy contento por todo lo vivido. No me imaginé nunca que iba a vivir esto”, repitió el goleador.
