La fe los unió y el amor por Nuestra Señora de los Desamparados los llevó a tener un sueño y cumplirlo. Así, fieles de esa advocación consiguieron los fondos para poder levantar el campanil en la Basílica ubicada en el cruce de Libertador y Santa María de Oro, en Rivadavia. ‘Unos pusieron los materiales, otros la mano de obra y hubo algunos que solamente ayudaron con una oración y eso también fue valorable‘, dijo Daniel Mercado, uno de los ingenieros que ayudó con los cálculos para la construcción. Ahora piden más ayuda económica para poder terminar el revestimiento de la estructura que mide 14,7 metros y que tiene en su interior dos campanas que fueron donadas en 1942.

En abril de 2014 un grupo de fieles comenzó con este proyecto. Pero la mayor dificultad era conseguir los fondos para poder llevar a cabo la obra. Es que en ese momento se necesitaba aproximadamente 250.000 pesos entre materiales y mano de obra. Esto, sin tener en cuenta el revestimiento de la estructura de hierro y los costos de las autorizaciones de Planeamiento.

‘Pusimos todo en manos de nuestra patrona. Y el padre Mario (sacerdote de la Basílica) siempre decía ’si la virgen quiere el campanil se va a hacer’‘, contó Ricardo Blarasin, que junto a su hermano se encargó de hacer el proyecto, los cómputos y el presupuesto. El hermano de Blarasin vive en Cuba y es el arquitecto que diseñó e hizo la cruz que actualmente está colgada en el campanil.

Después de varias semanas de incertidumbre, como si fuera una señal de Nuestra Señora de los Desamparados, la ayuda comenzó a llegar. Profesionales para ayudar con la obra, la empresa Jaime (metalúrgica) se ofreció para hacer la estructura y después montarla y hasta la Municipalidad de Rivadavia puso dinero para la compra de materiales. Además, la comunidad de feligreses dejó dinero en una urna en la basílica y con eso compraron hierros, cables y hasta el sistema de automatización de las campanas. ‘También con esas donaciones pagamos la reparación de las dos campanas que estaban trizadas tras el terremoto de 1944‘, dijo Mercado y contó que esas campanas fueron donadas por la familia Del Bono y que fueron rescatadas de entre los escombros tras ese trágico sismo.

‘Hubo muchos fieles que se impacientaban porque pasó más de un año y el campanil no se colocaba, pero el trabajo llevaba mucho tiempo‘, contó Blarasin. Es que tuvieron que hacer expedientes en la Municipalidad de Rivadavia, en el Ministerio de Desarrollo Humano y demoraron en tener las autorizaciones de Planeamiento. Pero esa espera valió la pena.

Con los ojos llenos de lágrimas, contaron que se sintieron muy orgullosos cuando el campanil quedó de pie.

Para los fieles fue una alegría enorme. Es que ese campanil se convirtió en una ofrenda para Desamparados. ‘De esta manera todos le agradecimos. Desde el que sacó cálculos, hasta el que ayudó a limpiar las campanas para que fueran trasladadas para repararlas. Hay muchos que ayudaron con dinero, otros alentando el trabajo y otros que elevaron oraciones. Es un campanil de todos los fieles de esta comunidad‘, agregó Mercado y contó que ahora necesitan unos 90.000 pesos más pues tienen que revestir esa estructura de hierro. Se le colocará placas, escaleras y hasta se retocará toda la vereda de Libertador para convertir ese espacio en la plaza seca de la Basílica.