El ramo de novia que portó Kate para su boda con el príncipe Guillermo fue un cariñoso guiño a su marido, ya que incluía unas flores conocidas en el Reino Unido como “Sweet William” (Dulce Guillermo), una variedad que en español se conoce como clavel de Japón, ramillete de Constantinopla o minutisa.

El buqué también incluía mirto, liliáceas del valle y jacintos. La tradición de las bodas reales británicas dicta que el ramo de la novia tiene que incluir un ramito de mirto del arbusto original plantado en 1845 por la reina Victoria en Osborne House, una propiedad real en la isla de Wight (Sur de Inglaterra). La tradición comenzó en 1858 cuando la hija mayor de la reina Victoria lució estas flores en su ramo de bodas para subrayar la “inocencia” de la novia.