Al conductor sólo le habían dejado un pequeño espacio del parabrisas libre como para que pudiera ver el camino. El resto de su movilidad estaba, literalmente, cubierta de flores multicolores. Fue la encargada de transportar a los chicos del jardín de infantes de la escuela Tierra del Fuego que ayer participaron del Carrusel del Nivel Inicial, en Pocito, donde las camionetas se llevaron el protagonismo.
A Carlos Pastén no le importó perder el turno de riego en la finca. Prefirió poner su 4×4 a disposición del jardín al que concurre Tiana, su nieta de 5 años, para que le pegaran caballos y flores de papel. “No importa si le rayan la pintura. Nada tiene más valor que acompañar a los chicos en este carrusel”, dijo el chacarero.
De todos los tamaños, colores, marcas y modelos, las camionetas fueron los vehículos más utilizados como carruajes. Aunque algunas completaron el recorrido a puro pulmón. Una Peugeot que transportaba uno de los jardines se paró y no volvió a arrancar. Los padres la empujaron durante todo el carrusel.

