Ya todos habían cantado, habían bailado, habían agitado los brazos y las manos al compás de la música que bajaba del escenario. El clima caliente de la gente (25.000 personas según la Policía) no dejaba pasar el viento fresco del Sur. Y con esa tensión, con ese nivel de expectativa, exactamente 15 minutos antes de la medianoche, el cielo se vino abajo. Cuatro hileras de fuegos artificiales empezaron a llenar todo de color, y luego siguió una batería de coreografías con los mismos artificios, grandes y pequeños, altos y bajos, derechos, en serpentina y en forma de flor gigante. El espectáculo, organizado por la Secretaría de Turismo y Tarjeta Nevada, fue el prólogo colorido de la Fiesta Nacional del Sol, y también fue el cierre tras la actuación de Materia Prima, el humorista Miguel Delgado y Plan B. Y con la ex estación San Martín y sus alrededores atestados de gente, +Se ilumina el cielo de la ciudad+ dejó de ser un lema para convertirse en la descripción más exacta del paso del viernes al sábado.