El Día de San Valentín, el 14 de febrero en conmemoración del onomástico del santo, se convirtió hace siglos en una celebración tradicional de los países anglosajones que lo fueron contagiando de país en país. Es una buena excusa para celebrar en pareja el enamoramiento, el amor y el cariño que los une.
Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.
Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al Dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.
San Valentín era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras. El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador celebrando casamientos en secreto. De ahí, que es el ícono del amor para el mundo entero.
