El 28 de junio de 1990 se creó la Academia Nacional del Tango, una organización nació para darle valor al patrimonio artístico que significan las al menos 50.000 obras de tango compuestas, editadas y estrenadas desde fines del siglo XIX, más otro tanto de versiones grabadas en diversos soportes, en el país y en el mundo. Pero también para seguir apoyando las nuevas manifestaciones de este arte musical, coreográfico, poético e interpretativo que es una expresión auténtica y profunda del pueblo argentino. Y en el que el sanjuanino Pablo Albornoz está dejando huellas.
