Ya sea sentados en tarimas, agarrados al puente o en cuclillas y buscando sombra, los cauceteros se movilizaron para tener un lugar preferencial y observar ayer el simulacro de sismo organizado, por primera vez, por el Ejército Argentino, con la ausencia de la ministra de Defensa, Nilda Garré, y la presencia de su segundo, Gustavo Sibilla. No se perdieron ningún detalle y vivieron todo como una obra de teatro.
Desde que los 700 militares (entre sanjuaninos, mendocinos, cordobeses y riojanos) comenzaron a recorrer las calles de Caucete, el domingo pasado, los civiles los miraron detenidamente. Al principio, muchas personas no entendían a qué se debía la presencia de los uniformados de verde. Pero después, se empezaron a familiarizar con el operativo y siguieron cada uno de sus pasos.
Así fue cuando los militares armaron el puente que reemplazaría al de la Ruta Nacional 20 y la gente llegó hasta allí para verlos y gritarles para apoyar su esfuerzo. Cuando el avión Hércules sobrevoló anteayer por primera vez el departamento, y dejó a los cauceteros con la cabeza mirando al cielo y la boca abierta. O cuando se comenzó a levantar el campamento de asistencia en el Predio Ferial departamental y se acercó gran cantidad de gente.
Ayer, la situación no fue distinta. Desde temprano se vio a las personas caminando por la orilla de la ruta 20 para ver el show. Muchas llegaron en auto y hasta los hubo en bicicleta. Y, para no perderse nada, algunos se animaron a recorrer la huella de tierra para llegar al cerro Pie de Palo, donde el Hércules cobró protagonismo tirando su carga.
En la ex Bodega Torraga, la tarima para el público se llenó de familias que observaron el operativo. Niños de la mano de sus padres, abuelos, mujeres con sombrillas, todos se acercaron con respeto y en orden para no entorpecer la tarea. La concurrencia fue tal que un militar de La Rioja comentó que estaba sorprendido porque en su provincia nunca había visto un movimiento así.
Y en el Predio Ferial la gente, contenida por un grupo de Scouts, se quedó a la orilla, junto a la pared, para no molestar y ganar un poco de sombra.
Así, los cauceteros supervisaron el operativo de cerca y notaron que todo salió bien, al igual que las autoridades, quienes dijeron que el simulacro fue un éxito. Aunque, al cierre de esta edición, aún no se difundía la evaluación de la práctica.

