En los últimos días Antonio González andaba preocupado por su sobrepeso y porque le habían detectado algo de azúcar en su sangre. Por eso había planeado hacer dieta y también volver a la práctica del patín con su amigo Daniel Martín: “Así vas a hacer dieta”, recordó Martín que le dijo el viernes en broma, cuando se enteró de que había carneado. Padre de siete hijos en dos relaciones sentimentales, Antonio vivió en el centro capitalino pero hace unos 6 meses se mudó a una finca en calle 8 y Tascheret, Pocito, donde lo veían feliz porque hacía lo que más le gustaba: criar animales, como gallinas, cerdos y también perros: allí tiene 15 y una cantidad similar en la finca de calle 17, la del conflicto con el empresario bonarense por la cría de cerdos. Antonio fue también un reconocido personaje del mundo del patín carrera, donde cosechó sus mayores logros e incluso fue dirigente. Otro amigo suyo, Oscar Contreras, recordó que fue campeón Argentino en San Juan en el circuito Aberastain y luego convocado a la selección que participó en Mar del Plata, donde se consagró en velocidad, aunque en realidad dominaba todas las distancias: 500, 1.000, 3.000, 5.000, 10.000 y 20.000 metros. Su mayor logro deportivo fue el Campeonato Sudamericano en patín carrera en 1975. Tan bueno era en la competencia, que en una ocasión -contó Contreras- largó último en un campeonato argentino porque no estaba afiliado pero le permitieron correr sin competer, y le sacó un segundo al que terminó detrás del líder de esa carrera.