Bajo la sombra de un árbol, Ludmila González, que recién cumplió dos semanas de vida, disfrutó de su primer día de la primavera. Junto a ella y su familia, estaba Hortensia Gómez, de 81 años, que también quiso estar en el festejo. De esta forma, el Parque de Mayo se transformó ayer en un punto de encuentro en el que no importó la edad.

Disfrutaron desde el mate hasta los recitales que cerraron la jornada.

A las 10 de la mañana, las primeras familias comenzaron a llegar al Parque. Buscaron la mejor ubicación. Con reposeras, mesas y unas frazadas viejas para tirar en el suelo, empezaron a poblar los espacios verdes. Mientras que los niños no dudaron en ponerse a jugar. Sacaron las pelotas, las bicicletas y le dieron rienda suelta al disfrute. ’Somos de Caucete y todos los años escuchamos que esto es muy lindo. Por eso vinimos en familia’, dijo María Cruz, de 75 años, quien llegó acompañada de una de sus hijas y dos nietos. Cargados de comidas y el infaltable mate dijeron que se iban a quedar para ver todos los espectáculos. Al igual que ellos, hubo muchas personas que no tuvieron prejuicio de la edad y jugaron, retrocedieron en el tiempo y hasta chayaron con los niños para poder sobrepasar el calor de la tarde.

Los jardines del Centro Cívico fueron uno de los lugares más elegidos por los primeros que llegaron. Es que la arboleda y la buena visión del escenario fueron el atractivo que tuvo este espacio verde. A tal punto, que antes del mediodía ya casi no había espacio disponible en ese sector. Por eso, la Plaza España se volvió en el segundo lugar más elegido. Es que desde el Parque no se podía ver el escenario. Sin embargo, muchas personas armaron sus picnics hasta cerca del lago. Además de las clásicas sombrillas, las carpas marcaron la diferencia este año. Muchas familias fueron bien preparadas para quedarse muchas horas y tener la mayor comodidad posible hasta el final del día. Sobre todo pensando en que los chicos se duermen en la noche y pueden pasar frío. Por eso, hubo algunos sectores que se transformaron en un camping por la cantidad de carpitas que hubo. Aunque hasta las 18, todo lo ocupaban las familias, después, la juventud se encargó de copar el frente del escenario para ver la actuación de las bandas.