Con palas, azadones y lo que tenían a mano, los custodios del Parque Sarmiento, en Zonda, trabajaban para sofocar los focos que todavía quedaban en el interior del predio, producto de un fuego que empezó a tomar la ciénaga y luego se propagó por todo el lugar. Hacia los cuatro costados, solamente se podía ver pastos quemados y árboles chamuscados, entre las columnas de humo que se levantaban por todas partes. La estimación preliminar, según el encargado del área, Andrés Ortega, era que hasta primera hora de la tarde de ayer, el fuego había afectado el 90% de las 242 ha que tiene el parque al pie de los cerros: por lejos, el incendio más importante que se haya registrado en ese Area Protegida.
"Sin duda fue intencional -estimó Ortega- por la zona donde comenzó y la manera en que lo hizo. Hay gente muy desconsiderada que no se da cuenta del daño que hace. Con la motobomba portátil y el cuatriciclo, los custodios pudieron controlar varios focos, pero el problema fue que el viento rotó tan rápido que no dio tiempo a nada. Los focos se multiplicaron y como la mayoría de la vegetación está seca, el fuego se extendió rápidamente". Ortega explicó que el Parque Sarmiento es un área que alberga gran cantidad de aves, nutrias, pecaríes y jabalíes, además de variedades de árboles.
Para las 11 de la mañana, el incendio ya había cruzado la Ruta 12 y los finqueros de ese sector tuvieron que diseñar estrategias para proteger sus viviendas y sus plantaciones. En la finca D"anna, ubicada frente al ingreso al parque, el encargado Carlos Morales y los empleados de la propiedad luchaban a brazo partido para impedir que el fuego siguiera afectando los parrales. "De las 3 ha totales, se quemó un 30%. Hemos apagado el fuego con tierra, porque agua no teníamos", relató. En la entrada de Villa Tacú, la familia Sánchez en pleno mojaba con baldes y con manguera todo el perímetro de la propiedad, mientras las llamas se acercaban peligrosamente desde las fincas vecinas. Y hacia el Oeste, los bomberos tuvieron que entrar a la finca de Ana Federico para apagar los focos que quedaban todavía prendidos en el predio de 4 ha plantado con uva cereza.
"Es una desgracia -dijo Ana- porque el sábado me terminaron de arreglar todo y poner postes nuevos. La gente que trabaja conmigo está luchando con el fuego desde temprano, con paladas de tierra, pero quedan todavía postes prendidos. Es que la más mínima chispa puede hacer que el fuego vuelva otra vez", se lamentó la mujer.
Desde el cuartel de Bomberos de Rawson, informaron que ayer por la mañana tuvieron que sofocar un incendio de pastizales en la zona de Medanito, sin mayores consecuencias. Y los bomberos de Santa Lucía, en tanto, tuvieron que concurrir a una finca ubicada en callejón Montiel y calle Belgrano, donde el fuego que se inició en las pasturas amenazaba con extenderse a las propiedades vecinas.

