Por más que los equipos grandes intenten mantener la serenidad del pelotón, colocandose a la cabeza y marcando el ritmo. En San Juan es muy común ver que, por momentos, el grupo se estira como un gusano que se desplaza de una a otra orilla de la calzada porque, algún ciclista de equipos más humildes intenta tener sus minutos de gloria y sacude la modorra de todos.