El estrés, uno de los trastornos más extendidos durante estos últimos años, tiene una relación directa con la competitividad y el consumo. De esta forma, si durante las vacaciones las personas sólo piensan en ver quién gana la carrera en la piscina, o quién se sumerge más hondo en el mar, lejos de lograr disminuir sus niveles de tensión, los estará recreando, en distintas formas pero con iguales resultados.