Dicen que no es sólo un museo, sino una combinación ideal de cultura y recreación. El Museo Enzo Manzini, de Zonda, no basa sus atractivos en los objetos que exhibe, sino también en su entorno, ya que el complejo tiene dos cabañas y una casa para alquiler, piscinas, canchas para hacer diferentes deportes, un mini camping y jardines con pérgolas listas para ser aprovechadas con mates o picadas. Por eso, según dijo su administrador, Juan Pablo Adarvez, muchos visitantes reconocen que el museo es simplemente una excusa para poder escaparse a pasar un fin de semana a pocos kilómetros de la Ciudad.
El museo es ecléctico por la diversidad de sus objetos. En el lugar se puede apreciar desde muestras de piezas arqueológicas de culturas aborígenes hasta máquinas de fines del siglo XIX, pasando por colecciones de aparatos de música, muebles o tesoros prehistóricos. El edificio del museo está rodeado de jardines y dos cabañas para seis personas, que comparten una piscina, mientras que también hay una casa para 10 personas, con una pileta propia. “La idea es que los visitantes sientan que pueden tener la mayor privacidad posible”, contó Adarvez.
La frondosa arboleda le da sombra al mini camping y a los parrilleros, mientras que cerca de ahí los deportistas pueden cansarse de jugar en las canchas de padel, de básquet y de fútbol.
Los que se hospedan en el lugar no pagan para ingresar al museo y pueden usar todas las instalaciones, mientras que para realizar visitas al museo y, por ejemplo, usar luego el mini camping se debe coordinar previamente con el administrador (154503095).

