El Paso Camargo fue atravesado por el General Mariano Acha para luego enfrenarse con Nazario Benavides en la batalla de Angaco. Pero también fue usado por los pobladores que querían llegar desde la ciudad al Norte de la provincia. Por su riqueza histórica, y tras la investigación exhaustiva que hicieron alumnos del colegio Andacollo de Chimbas, coordinados por el profesor Edmundo Delgado, lograron que el sitio fuese declarado Sitio de Interés Histórico por la Municipalidad de Chimbas hace diez años. Incluso, el Concejo Deliberante estableció la construcción de un monolito para recuperar el lugar. La idea era que se transformara en un circuito turístico del departamento. Pero de esto, nada pasó en el sitio que está en el Mogote, según contó Delgado, quien aseguró que se cansó de golpear puertas para que se reflote la iniciativa.
La idea de recuperar este trozo de la historia local no quedó allí. En 2012 se presentó un expediente al Ministerio de Educación para que dentro de la escuela Arturo Capdevilla se erigiera un monolito a modo de recordatorio, ya que habían sido los alumnos de este establecimiento los que realizaron toda la investigación histórica. Esto tuvo el visto bueno de Educación quien pidió a la Municipalidad de Chimbas que construyera el monolito, algo que nunca sucedió.
A principios del siglo XX no era fácil ir de la ciudad al Norte de la provincia porque había que atravesar el río San Juan y no había puentes. Para cruzar se tenía que atravesar dos accesos: uno que estaba por calle Salta, donde hace unos años colocaron una placa recordatoria, y el otro era el que hoy se conoce como el Paso Camargo, hacia el Este de la Ruta 40.
Por allí se llegaba directo a La Cañada, en Albardón. También se podía ir a Angaco y hasta Valle Fértil.
Un hecho histórico ocurrido en el Paso Camargo fue que Acha, en agosto de 1841, descansó allí antes de la batalla de Angaco. Este fue el punto más importante para que hace una década, el Concejo Deliberante chimbero lo declarara sitio de interés y Patrimonio Histórico. La investigación histórica la hizo el docente Jorge Delgado, junto a los alumnos de Cuarto año del Colegio Andacollo.
En este lugar, al igual que en la calle Salta, había apostados vadeadores, que eran hombres que conocían bien la zona y que ayudaban a los vehículos a atravesar el río. Se trataba de una especie de baqueanos, generalmente nacidos en la zona, que funcionaban como guías. Delgado también armó el proyecto de reconocer a la calle Salta como sitio histórico y hace unos años logró que colocaran allí una placa conmemorativa respecto a su función.

