Al remisero Pedro Zabaleta le impresiona la sangre. Por eso no quiso asistir al nacimiento de ninguno de sus cuatro hijos. Pero ayer la casualidad puso a prueba su resistencia, su capacidad de reacción y su solidaridad. Por cosas del destino, tuvo que atender un parto. Y de una desconocida. Lo hizo asistido telefónicamente por la línea policial 911, sin titubear ni perder tiempo.
Zabaleta dijo que ser partero de ocasión fue una experiencia que jamás olvidará. Y que le encantaría ser el padrino del bebé que trajo al mundo.
Desde hace 12 años, Pedro Vicente Zabaleta (32) conduce un remís. Y lo más cerca que estuvo de un nacimiento, en esta profesión, fue hace ocho años, cuando tuvo que llevar a una mujer con trabajo de parto hasta el Hospital Rawson. Pero ayer debutó como partero.
Alrededor de las 9 de la mañana terminaba de dejar un pasaje por calle España en el departamento Rawson, cuando vio que una mujer desesperada le hacía señas. La señora quería que llevara a su hija al hospital porque estaba con contracciones. Pero no hubo tiempo. Cuando Zabaleta ingresó al domicilio de la chica, ella ya había roto bolsa. Y el bebé estaba a punto de nacer. Tanto la madre como la abuela de la parturienta estaban tan nerviosas que el remisero tuvo que hacerse cargo de la situación. "Lo primero que hice fue llamar al 911 para que mandaran una ambulancia -contó Zabaleta-. Como les describí la urgencia de la situación me dijeron que tenía que asistir el parto, pero que me quedara tranquilo, que ellos me darían las instrucciones para hacerlo. Respiré profundo y comencé".
El remisero contó que lo primero que hizo fue desinfectarse las manos con alcohol y comprobar en qué posición se encontraba el bebé. Luego, pedir agua caliente para higienizar a la criatura en caso de que naciera antes de que llegara la ambulancia. El bebé nació en menos de 15 minutos, y antes de que llegara la asistencia médica. "Del 911 me dijeron que pusiera cinco dedos sobre el cordón umbilical del bebé y lo anudara a esa altura -explicó el remisero-. Luego tuve que repetir la medida y cortar con una tijera desinfectada con alcohol. No puedo describir lo que sentí cuando vi cómo nacía esa criaturita. Mi mujer me decía que el día que yo viera un parto, recién iba a entender el valor de la vida. Ayer lo entendí".
Zabaleta contó también que los primeros en llegar hasta el domicilio de la parturienta en el barrio Salvador María del Carril, en Rawson, fueron los efectivos de la Comisaría 24. Mientras los policías le tomaban los datos personales a la reciente mamá, el remisero descubrió que la chica tiene 24 años, que es madre primeriza, y que se llama Daniela Zabaleta, por lo que son tocayos de apellido, pero aparentemente no son parientes.
La ambulancia trasladó a la mamá y a su bebé al Servicio de Maternidad del Hospital Rawson para ser atendidos. Y Zabaleta los acompañó. Quería saber si todo estaba bien, y si iba a tener el placer de ser elegido padrino del recién nacido.
DIARIO de CUYO acompañó a este remisero hasta Maternidad para retratar el momento de reencuentro. No se pudo. La mamá dijo que no estaba en condiciones de hablar con la prensa ni que le tomaran fotos. Sólo la abuela del recién nacido hizo algunas acotaciones sobre el nacimiento. "Los dos están bien -dijo María Lencina, que ayer fue abuela por tercera vez-. Todo gracias a este hombre que si no hubiera estado, no sé qué hubiéramos hecho".
María sostuvo que todo fue muy rápido y sorpresivo. Y que hasta el sexo del bebé fue diferente al esperado. "La ecografía decía que era una nena y nació un varón -explicó la abuela-. Todavía no sabemos cómo se va a llamar".