El párroco de Angaco, Andrés Riveros, ayer se convirtió en el primer sacerdote en recorrer los más de 60 km de la XV Cabalgata a la Difunta Teresa, que se realiza en Angaco en honor a una mujer que murió embarazada y a la que se le atribuyen milagros.

Riveros bendijo primero a los más de 200 gauchos que comenzaron la travesía en el barrio Presidente Perón, en Las Tapias, y luego subió a su caballo. Después, abrigado con poncho y boina, comenzó a cabalgar rumbo al paraje, conversando con los paisanos y yendo y viniendo en la larga caravana.

Si bien antes el párroco de Angaco acompañaba al gauchaje en la partida, en su primer año en Angaco (tras los cambios que hizo el Arzobispado en 2014, Riveros fue trasladado de Albardón a ese departamento), el Padre Andrés aceptó el convite de la Agrupación Gaucha Difunta Teresa y se sumó ayer a la cabalgata para vivirla desde adentro.

Riveros es un hombre muy ligado a las tradiciones y también fue uno de los impulsores de la gruta del Cura Brochero que se encuentra en la finca El Salado, en La Laja, en medio del campo y al pie del cerro, en Albardón. Hacia allá cabalga los cuartos domingos de cada mes para celebrar misa; mientras que también intervino en la Cabalgata de la Fe que cada Semana Santa desanda hasta la Difunta Correa.