El Servicio de Traumatología del Rawson fue modelo en todo el país, manteniéndose durante años a la vanguardia en las prácticas médicas y en los cambios en la medicina. Ramón Peñafort fue un médico inmigrante español que se convirtió en el primer traumatólogo de la provincia y quien impulsó todos los adelantos en ese sector del hospital.
En 1924, el Rawson estrenó el primer servicio público de Traumatología de todo el país y desde entonces, la demanda de tratamientos fue creciendo a pasos agigantados. Por ejemplo, en el subsuelo habilitaron una pileta que se convirtió en una revolución en los ‘50. Allí comenzaron a realizar sesiones de hidroterapia, que eran miradas con desconfianza desde los otros centros de salud y que terminaron siendo adoptadas, años después, como la práctica más recomendable para muchos tipos de trauma en el cuerpo. En el subsuelo también funcionaba el Taller de Prótesis y Órtesis, en el que fabricaban cada adelanto ortopédico que se llevaba a la práctica en el Rawson.
Cabe recordar que en ese servicio se atendió, en su momento, las secuelas de la epidemia de poliomielitis que azotó a San Juan a finales de la década del 50. De todos modos, el lugar quedó chico con pacientes hacinados además de obsoleto. Esto cambió con la mudanza al nuevo Servicio, en 2011, que ofrece hoy todo el confort y la última tecnología.