Tanto los médicos como los policías de guardia en el Hospital Rawson no lo podían creer: en toda la noche del 24 y en la madrugada del 25 de diciembre no ingresó al lugar ningún herido por pirotecnia. Mientras, a la Guardia del Hospital Marcial Quiroga ingresaron 4, cantidad que representó dos tercios de los heridos del año pasado que atendieron en el mismo lugar. En ambos centros de salud, en la Navidad del 2010, se atendió a 13 personas con heridas leves.

‘Realmente parece que la gente está tomando conciencia sobre el uso de la pirotecnia para no tener que lamentar un accidente. Este año quedó más que demostrado‘, sostuvo uno de los oficiales de guardia en el Hospital Rawson donde, en esta Navidad, no se registró ningún caso de herido por pirotecnia, primera vez en muchos años, según dijo el uniformado. En el Marcial Quiroga hubo 4 casos (1 niño y 3 adultos) pero con quemaduras leves que fueron despachados a sus casas luego de recibir las curaciones pertinentes. ‘Hemos tenido más consultas por problemas relacionados con la comida que por heridas de pirotecnia. La gente está aprendiendo a festejar la Navidad de manera sana y sin peligro‘, sostuvo una de las médicas de guardia.

Durante la Navidad del año pasado, ambos hospitales atendieron un total de 13 heridos por pirotecnia (7 en el Rawson y 6 en el Marcial Quiroga), 9 más que en esta ocasión.

Las calles de la ciudad también estuvieron ayer más tranquilas y con menos gente que otros años, pero esta vez por un motivo poco feliz: la suspensión del servicio urbano de transporte de pasajeros, tal cual se anunció. Sólo circularon las empresas que viajan a los departamentos de Albardón, Angaco, Media Agua, Caucete, Zonda, Ullum y San Martín, según confirmó Carlos Matus, titular de la ATAP. Las empresas de colectivos que viajan a estos destinos trabajaron con sólo 2 unidades que circularon con una frecuencia de 2 horas. En algunas, como la Albardón, pararon durante la siesta para retomar el servicio a las 17. Matus también dijo que ayer no trabajó ninguna empresa de servicio urbano como estaba previsto, pese a que cada empresa podía tomar la decisión de hacerlo o no.