Durante dos semanas practicaron los tres principios básicos para ser una buena estatua viviente: la respiración disimulada (con una técnica llamada costeo-diafragmal), el equilibrio y la concentración. Y ayer, los tres chicos se metieron tanto en su papel que no hubo forma de distraerlos pese a los bromas de sus amigos. En la esquina de Benavídez y Cipolleti, en Chimbas, tres estatuas vivientes se apostaron con pedestal y todo para ayudar a los más necesitados, mientras que horas después, un grupo de 40 chicos desplegó todo su talento, ruido y color en una murga solidaria, alborotando las peatonales de centro. Estas fueron las actividades más llamativas de Cáritas San Juan para tratar de recaudar más fondos en su colecta anual, que comenzó ayer en todo el país y que se extenderá hasta hoy.

La exhibición de estatuas vivientes fue una idea de Cáritas de la capilla Virgen del Valle, de la chimbera Villa Morrone. "Queríamos hacer algo diferente y buscamos a un profe de teatro, que nos dio una mano. Además, unos 20 chicos también ayudaron con carteles y alcancías. Mañana -por hoy- vamos a estar en Benavídez y Paula Albarracín de Sarmiento, también al mediodía", contó Nilda González, de Cáritas. El profesor de teatro Cristian Aballay trabajó con 3 chicos que se ofrecieron voluntariamente y durante días ensayaron poses y, especialmente, la resistencia para aguantar sin moverse hasta que alguien regalara una moneda, en una esquina que se vistió de color en una hora pico.

Por otro lado, en el cruce de las peatonales, los redoblantes alteraron el movimiento de la tarde y los chicos de la murga solidaria de Cáritas de la parroquia de Fátima, a lo largo de más de una hora, fueron interpretando distintos personajes. Con trajes llamativos y rostros pintados, hicieron que la gente se acercara y, por supuesto, que colaborara con donativos. "Pensamos en hacer una caminata y una bicicleteada, pero salió hacer la murga y los chicos se entusiasmaron aún más. Todos los sábados ensayaron en un instituto de teatro y esta presentación la vivieron con emoción porque fue como su debut en un ámbito público", dijo Analía Balmaceda, de Cáritas de esa parroquia.

Además, en distintas esquinas los voluntarios hicieron semaforeadas, las mujeres de las parroquias céntricas instalaron un puesto con alcancías, música y mate en la Catedral y otros integrantes recorrieron lugares de comidas. A la vez, en la previa habían realizado un desfile solidario en Media Agua, algunos colegios parroquiales juntaron ropa de abrigo y una empresa donó 500 pares de zapatillas.