“Vivimos en una época donde todos quieren ser como Dios y convertirse en el centro del mundo. Pero hay que tener en cuenta que Dios se hizo hombre en Jesús, que vivió en la pobreza, trabajó como ninguno y hasta lavó los pies de sus hermanos. Este fue el mayor acto de humildad y que tenemos que imitar”, con estas palabras, monseñor Alfonso Delgado enmarcó una de las celebraciones más importantes de los católicos, que se lleva a cabo alrededor de dos meses después de la Pascua: el Corpus Christi (Cuerpo de Cristo). La celebración se llevó a cabo ayer desde las 16, comenzando en la Catedral, para terminar en el Colegio Inmaculada Concepción, después de realizada una procesión.
Durante la celebración de la misa, la gente tuvo que apostarse hasta en la plaza porque la Catedral estaba colmada de fieles. El oficio religioso se extendió más de lo normal, porque para esta fiesta católica se incluye más cánticos que de costumbre. Cerca de las 18, cuando empezó a ocultarse y el frío se hizo sentir más, los fieles comenzaron a caminar rumbo al santuario del Colegio La Inmaculada, que está a unas 6 cuadras de la Catedral. Allí concluyó la celebración de Corpus Christi con la colocación de la Eucaristía en custodia. La Eucaristía es el cuerpo y la sangre de Cristo, representado en el vino y en la hostia, que luego es entregada a los fieles durante la misa. Hubo tanta gente queriendo comulgar y confesarse, que varios sacerdotes tuvieron que salir a la plaza para brindar asistencia a los fieles. Incluso en el momento de dar la Eucaristía, tuvieron que mezclarse entre la multitud.
Hasta poco antes del mediodía, se barajó la posibilidad de suspender la procesión por el frío. Pero cuando empezó a desnublarse y salir el Sol, monseñor Delgado decidió continuar con el cronograma. “Esto es una bendición y hay que disfrutar el día”, dijo Delgado durante la misa. Hasta el año pasado, esta celebración se realizaba por la mañana, pero por el frío este año decidieron hacerla en la siesta. Se trata de una de las fiestas católicas que más fieles convoca. La mayoría de ellos son los estudiantes de las escuelas católicas que hay en la provincia. De hecho, los que encabezan la procesión, son los abanderados de estas instituciones.