Todo parecía tranquilo bajo la luz del Sol. De golpe, la situación cambió. Vampiros; hombres sin cabeza; chicas con la cara demacrada, los ojos negros y cicatrices; un grupo de piratas; y hasta el mismísimo diablo tomaron el patio de la escuela. Es que, para participar en el 9no. Maratón Nacional de Lectura (ver aparte), algunos alumnos de la Escuela Dante Alighieri eligieron historias de terror y decidieron leerlas interpretando a los personajes de los cuentos. Eso, para dar vida al lema que eligieron para la jornada: ‘Leer nos lleva a lugares inimaginables‘.
En la esquina del patio se escuchó un grito. Fue cuando, desde un ataúd de cartón, salió el vampiro con los labios manchados con sangre. Era Facundo D’Amico quien, por ser el de menor estatura entre sus compañeros, entraba perfecto en el angosto cajón que armaron y al que le pintaron una cruz en su tapa.
A su lado, Agustín Fiorito sorprendía a todos. Él mismo armó su traje con goma espuma. Hizo un cuello largo en cuyo extremo superior colocó pintura y cintas de papel rojo. Se lo puso sobre su cabeza, cubrió su base con el saco marrón que vestía y le puso una corbata al cuello de goma espuma. Así, daba la impresión de ser un cuerpo sin cabeza que recorría el patio. Claro que, para poder leer tuvo que dejar de lado el personaje.
Más allá, un grupo de chicas con los pelos hechos una maraña y túnicas negras que las cubrían hasta los pies parecían salidas de un libro de Stephen King. Y un alumno desfilaba moviendo una espada ataviado con un traje rojo y una peluca con tiras de pelo largo, igual que el personaje de Johnny Deep en Piratas del Caribe.
Para leer, los integrantes de distintos cursos se sentaron sobre alfombras que ellos mismos habían diseñado y que estaban acorde con la temática. Algunas tenían arañas, otras imágenes de fantasmas y también había algunas adornadas con con figuras de personajes de películas de terror recortadas de revistas. Pasaron toda la mañana sentados sobre ellas, con los libros en la mano y siguiendo la lectura que hacía algún compañero en voz alta.
Mientras tanto, los chicos de Primero y Segundo grado compartieron la mañana y el grupo decidió llamarse ‘Los bosqueteros‘. Eso porque, los de Segundo hicieron sus propias narraciones sobre cuentos infantiles que se desarrollan en el bosque, como Los Tres Chanchitos y Caperucita Roja, y se las leyeron a los alumnos de Primero.

