Parece una playa de estacionamiento. Los autos entran y salen constantemente. Los conductores son guiados para estacionar y cada uno deja su pago antes de irse. También hay baldes con agua para limpiar los vehículos y alfombras secándose al Sol. Es en medio del microcentro capitalino, en el Estacionamiento Juan José Ribes, que está frente al edificio 9 de Julio, al costado de calle Mitre entre Aberastain y Jujuy. Ese espacio, que estaba reservado para que los empleados del lugar dejaran sus autos, quedó como una zona de estacionamiento liberada después de que las reparticiones que funcionaban allí se mudaron al Centro Cívico. Y, para un grupo de lavacoches que tomó el mando en la cuadra, se transformó en un oasis en medio de las calles en las que funciona el ECO.
El edificio 9 de Julio quedó vacío en agosto pasado, tras la mudanza del Ministerio de Hacienda. En los último años, habían funcionado allí otras 6 dependencias del Estado. Y dos barreras ubicadas en las entradas de la calle permitían el paso de los empleados y evitaban el ingreso de personas ajenas al edificio.
Ahora esas barreras están en el piso. El ingreso y egreso de vehículos es controlado por un grupo de 6 hombres que cuidan y lavan los autos, 3 de ellos lo hacen por la mañana y 3 por la tarde, y que se manejan como si fueran los dueños del lugar. Según cuentan, hace tres meses que están ahí. Y hasta dicen que alguien del edificio, del que no recuerdan el nombre, les permitió realizar la actividad en esa cuadra. Antes lavaban y cuidaban autos en las calles aledañas. Pero la implementación del sistema de ECO los desplazó y por eso se les ocurrió trasladarse allí.
En la cuadra del 9 de Julio, los lavacoches tienen todo bajo su control. Además de acomodar los vehículos y pasarles el trapo, controlan que la gente no use el espacio como un lugar de paso. Ya que, muchos conductores lo aprovechan para circular rápido o pasar en contramano. Pero ellos se los impiden y les dicen que allí sólo se puede estacionar.
Por la mañana casi todos los boxes que hay disponibles están ocupados. Pero un balde y un palo impiden que los vehículos estacionen en 4 de ellos. Los lavacoches los reservan para los camiones que llegan a llevarse los muebles que todavía quedan en el 9 de Julio.
Así, con autos entrando y saliendo permanentemente, los lavacoches se las arreglaron para estar una vez más en las calles. Sin embargo, desde el municipio ya dijeron que los van a sacar.