�La clave de esta esta elección es la incorporación a la ’mesa chica’ del Episcopado del arzobispo porteño y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, elegido y nombrado en ambos cargos por el papa Francisco. Nacido en Buenos Aires el 29 de noviembre de 1947, Poli ingresó al Seminario metropolitano de Villa Devoto, donde cursó sus estudios filosóficos y teológicos; es doctor en Teología y profesor de Historia Eclesiástica por la Universidad Católica Argentina (UCA) y también licenciado en Servicio Social por la UBA. Con 66 años, Poli fue un estrecho colaborador de Bergoglio entre los años 2002 y 2008, cuando se desempeñó como obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal de la zona de Flores. Luego, en el año 2008, el papa Benedicto XVI lo promovió como obispo de Santa Rosa (La Pampa). Sorpresivamente, ya que se especulaba con otros nombres, a pocos de días del inicio de su pontificado, Francisco lo nombró su sucesor en la arquidiócesis porteña y en febrero del 2014, en su primer consistorio, lo creó cardenal. De bajo perfil y abocado a las cuestiones pastorales de la ciudad, Poli es además capellán nacional del movimiento scout en Argentina, del que forma parte desde los 6 años. Ahora, desde la comisión ejecutiva, Poli tendrá un papel de mayor exposición pública y mediática. Un anticipo de ello se vivió en mayo de este año cuando presidió el Tedeum por el 25 de mayo, que marcó el regreso de la Presidenta a la Catedral metropolitana donde dijo ‘se apuesta al diálogo, o perdemos todos‘.