El fuego naciendo, creciendo, elevándose por sobre la altura del viejo edificio, era la cereza de la torta. En esa fiesta de anoche en la ex estación San Martín, la fogata representó veinte minutos de llamas vivas para festejar el día de San Juan Bautista, patrono de la provincia, y los 80 años de la Acción Católica Argentina en San Juan, que también se cumplieron ayer. Y no faltó ni el ritmo: lo pusieron, alternados, la banda de música de la Policía y los danzantes de la Virgen de Andacollo, que habían ido desde Villa Krause.

Para evitar que la multitud se congelara (unas 600 personas esperaban la fogata en los 6 grados de la intemperie), el municipio de la Capital había previsto que todo fuera corto y rápido. Pero contundente. Por eso a la procesión la abrió medio centenar de danzantes, entre ellos las chicas con las faldas diminutas en la noche gélida, y detrás venía una tromba: eran los jóvenes de la Acción Católica que, a puro canto, agitaban una bandera azul de unos 20 metros de largo por unos 10 de ancho, para festejar las ocho décadas.

Un vez en el predio, el intendente Marcelo Lima, monseñor Delgado y el párroco de la Catedral Rómulo Cámpora le hicieron una ofrenda al patrono, mientras entre la gente se repartía bolsitas con sal gruesa.

Y como estaba anunciado, la fogata fue encendida a las 22 en punto, con cuatro antorchas de estopa. El fuego quebró el frío, le dio más ánimo a la fiesta y permitió que los trajes rojos de los danzantes destellaran en la ronda que le hacían a la pira, siguiendo el latido de los redoblantes y de los vivas a San Juan Bautista que llovían desde la multitud. Veinte minutos después, quedaba el colchón incandescente, y el Ejército repartía chocolate caliente.