Era habitual que telefoneara desde Caucete a sus padres que viven en Rawson, porque se preocupaba por su salud. Eran normales los cruces telefónicos con sus hermanos. También era habitual que fuera a trabajar a la finca Taranto, en Caucete, porque vive sola y de su trabajo depende para mantenerse. Pero desde el último 31 de julio al anochecer, la habitualidad en los días de Alejandra Bolaños (42 soltera) se quebró abruptamente. Su hermano Rolando comentó ayer que ese día la invitaron a comer en San Martín y que desde su celular respondió que estaba muy lejos. Desde entonces todo resultó extraño: no se presentó a trabajar el último lunes y no responde a su teléfono, tampoco está en ningún hospital. En su casa sus hermanos hallaron todo cerrado y ordenado, como que salía y volvía en su moto Maverick 110cc. gris, que tampoco aparece. “No sabemos qué pensar”, dijo ayer Rolando. Cualquier información llamar al 911 o a la seccional más cercana.
