“Para ellos esto es muy importante. Nunca vieron una serenata”, decía Silvia Mercado señalando a sus 5 nietos, quienes escuchaban a los guitarristas sentados en el umbral. Y, mientras tanto, repartía un lemonchelo y resaltaba: “es caserito”. Ella fue una de las vecinas que recibió a los folcloristas que ofrecieron serenatas en las cuadras aledañas a la Casa de Sarmiento, como parte de la Fiesta de la Educación, anoche.
Los vecinos sabían que los visitarían los músicos y estaban preparados. Bandejas con vino, cerveza, champán y hasta dulces artesanales y empanadas fueron algunos de los premios que los músicos se llevaron como recompensa tras dar su show.
Entre el público hubo mujeres, parejas, niños y hasta se quedaron los comerciantes. Algunos vivieron por primera vez la experiencia de asomarse al oír las cuerdas de las guitarras. Para otros, el momento fue como un viaje en el tiempo. Así lo describió doña Isabel, de 90 años, que se paró detrás de la ventana y observó con los ojos brillosos.
Al final, los músicos se reunieron en la Peatonal Maestro de América, para cantarle a Domingo Faustino Sarmiento.

