Dos jugadores menos, varias amarillas, cuatro goles en contra y ninguno a favor. Señales de que algo no anduvo bien en este Deportivo Maipú de Mendoza que está demasiado lejos de ser el protagonista que fue en recientes temporadas. La crisis futbolística del Cruzado lo ha llevado a estar ahora en la última posición de la Zona 2, con serio riesgo de permanencia en la categoría pero lo más llamativo es que futbolísticamente no parece tener recursos a la mano para cambiare su triste presente. Llegó a San Juan a defenderse y mal, para colmo. Nunca jugó, nunca propuso. Apenas unos destellos de Gamba, algo más de la categoría del Pamperito Coria y nada más. Pero lo más triste estuvo en la actitud con la que jugaron. La frontalidad es bien vista en el fútbol pero la mala intención no. Sobraron golpes, entradas demasiado peligrosas y hasta escupitajos como el de Sebastián Riveros a Matías Garrido en la jugada previa a un tiro libre para el conjunto mendocino. Diego Dalpoggetto se fue expulsado mucho después de lo que realmente mereció, Mauricio Hidalgo jugó gratis todo el primer tiempo tras una entrada infernal a Garrido y su bandera, Sebastián Coria, se fue expulsado cuando el partido se moría.