El destino elegido como escenario no era en la ciudad, como sucedió en otras oportunidades y muchos de los invitados no tenían en qué movilizarse. Es por eso que la consigna fue reunirse en la redacción del diario para de allí partir hacia el puente que está en el límite de Santa Lucía y San Martín. Todo esto en una hora pico en que por las calles sanjuaninas aumenta el tránsito.

Así, el primero en llegar fue Juan Cruz Rufino, acompañado de su mamá y un primo. Con la simpatía que lo caracteriza, el niño no dudó en tomar la posta y como si fuese el anfitrión recibió al resto de los invitados. De un momento para otro el linving de entrevistas del diario se llenó de gente totalmente heterogénea. En el sector de sillones estaban las reinas de las distintas festividades que aprovecharon la espera para retocarse el maquillaje. En el hall se quedaron conversando Beatriz de Coria y María Elina Mayorga con Clotilde Baudonnet. Mientras que los más tímidos (el boxeador Mauricio Muñoz, el futbolista Salas y el nadador Felipe Vargas), se quedaron en el pasillo cruzando algunas palabras con uno de los periodistas deportivos de este medio.

Como si se tratase de un viaje escolar, ni bien llegó el mini bus, todos salieron rápidamente y se apostaron en la vereda. Pero fue tanta la gente que acompañó a los personajes para hacerles el aguante, que un solo vehículo no fue suficiente y el grupo tuvo que dividirse y viajar en varios remises. El mismo clima de camaradería que se vivió en el diario mientras esperaban que se completara el cupo, fue el que se vivió durante el viaje. Fueron algunos minutos en los que aprovecharon para hablar de todo.

Incluso para ponerse al día con las historias de los personajes vecinos. El más conversador y curioso fue Juan Cruz, mientras que los más callados, pero atentos a todos, fueron los deportistas. Las que no pararon de hablar ni un minuto fueron las mujeres y muchos agradecieron el momento y que este diario los haya tenido en cuenta para integrar la producción. El regreso al diario, fue también en el mini bus y en los remises, casi tres horas después.