Como todos los años la previa de la Peregrinación de Niños a Fátima contó con el entusiasmo de los chicos que cantaron y bailaron por más de una hora. Pero cada grupo quiso destacarse y se armó una guerra de hinchadas donde cada uno puso en juego diferentes estrategias para hacerse sentir. La peregrinación se realizó ayer con la participación de unos 3.000 niños.
Los chicos de la Parroquia Santa Bárbara, de Pocito, fueron los primeros en armar lío. Comenzaron a cantar, saltar y agitar las banderas amarillas que llevaron con tanto entusiasmo que taparon el barullo de otros grupos parroquiales. Esto incentivo a los demás a esforzarse para destacarse, como los miembros de la Parroquia de Fátima, de Rawson, anfitriona de la peregrinación. Desplegaron las banderas gigantes que llevaron sujetas con cañas, hicieron sonar el redoblante y comenzaron a entonar algunas canciones religiosas, pero con ritmo de cánticos de cancha. Esta ocurrencia hizo que chicos de otros grupos parroquiales se plegaran a ellos para cantar todos juntos. Pero todo esfuerzo quedó descartado cuando llegaron los chicos del Colegio Monseñor Orzali. Hicieron sonar el bombo, los dos redoblantes y el güiro que llevaron; arrojaron dos bombas de humos celeste y naranja, arrojaron al aire polvos de colores y cantaron sin parar. El resto de los peregrinos paró de saltar y cantar para mirarlos.
Arrancó la peregrinación y los chicos no pararon de saltar y cantar. Sólo en los momentos de rezo caminaron con tranquilidad y repitiendo las oraciones. Eso les sirvió para recuperar un poco de energía para continuar haciendo lío durante la procesión y con la guerra de hinchadas.
Cada grupo se identificó con diferentes elementos como vinchas, carteles y hasta narices de payasos para aportar un toque de color y alegría al evento.
A paso lento la peregrinación avanzó por calle Mendoza y ante la mirada atenta de los vecinos que salieron a las veredas para darles aliento a los caminantes. Algunas mujeres adornaron las ventanas de sus casas con gallardetes blancos y amarillos, como los colores papales, y afiches con las imágenes de santos. Otras sacaron a la vereda imágenes de la Virgen para acompañar el paso de los chicos que tras una caminata de casi tres horas llegaron hasta la Parroquia de Fátima para participar de la misa.

