A los 11 años, la agilidad y profesionalismo de Priscila Olivares traspasó los límites provinciales y nacionales. Hace 2 años comenzó a práctica Pole Sport, en el Wellclub DBF, y ya ganó una competencia a nivel regional y representará a Cuyo en el próximo campeonato sudamericano. Dijo que los golpes y los hematomas, saldo de las interminables horas de práctica, valieron la pena. “Primero quise aprender acrobacia en telas, pero cuando vi una clase de Pole Sport me enamoré. Al principio mi mamá no estaba muy de acuerdo porque creía que era como el baile del caño, pero le expliqué que era un deporte y me autorizó a practicarlo. Desde entonces practico tres veces a la semana para perfeccionar la técnica. La base es tener mucha fuerza en los brazos y en el abdomen”, dijo la nena.

El gimnasio no es el único sitio donde Priscila se entrena. Lo hace hasta en su dormitorio, usando el espaldar de su cama como si fuera un caño. “Mi mamá a veces me dice que pare un poco, pero no quiero perder el ritmo ni el estado, por eso también salgo a correr para mantenerme en forma. Mis amigas al principio me decían que estaba loca por hacer Pole Sport, pero ahora me piden que les pase fotos de cada ejercicio que hago. Algunas hasta lo empezaron a practicar”, también, dijo Priscila.