Los muchachos con boina y chaleco dieron un salto sobre un carro y tomaron a las mujeres en sus brazos con pasión. Unos metros más adelante, las hadas multicolores danzaron como si estuviesen flotando en el aire. Mientras esto sucedía en un tramo de la Central, casi llegando al Centro Cívico, el vaivén de los cuerpos semidesnudos cautivaron a la gente al ritmo de la batucada.
Fue como ver varios cuadros teatrales a lo largo de una calle donde explotó el ritmo y el color. Esto sucedió anoche, en el Carrusel del Sol y que en su 7ma edición demostró que año tras año redobla su apuesta. Según la Policía, fueron 200.000 personas las que presenciaron el pasaje de los carruajes con sus séquitos, desde la Plaza 25 de Mayo a Urquiza.
La pimienta chimbera con sus mujeres ataviadas con plumas y moviendo caderas sirvió para romper el hielo. Mientras que el toque emotivo lo puso el carro de la Casa de San Juan en Buenos Aires en el que iban las nietas de Sarmiento. Las formas geométricas de Capital y las luces interminables de Pocito, también llamaron la atención.