Con unos 50 miembros, la Escuela Naval Militar desfiló ayer frente a la Casa Natal de Domingo Sarmiento, luego de entregar una corona de laureles en un homenaje que esa institución le realizó ayer a su fundador. Fue durante el desfile en honor al prócer sanjuanino, al cumplirse 122 años de su muerte, en el que fue llamativa la poca asistencia de público, que no superó las 2.000 personas.
La Escuela Naval Militar de la Armada Argentina fue fundada en 1872 por Domingo Faustino Sarmiento y desde 1942 funciona a orillas del Río Santiago, en Buenos Aires. Ayer, dos cadetes ofrecieron primero una corona a la memoria del Maestro de América. Uno de ellos, de apellido Ferrer, es sanjuanino, detalle que no pasó desapercibido gracias al locutor oficial y por eso fue aplaudido por los presentes. Luego, unos 50 miembros de la escuela desfilaron por la avenida Libertador, un paso que no realizaban en la provincia para este fecha desde el 2005, cuando marcharon en Chimbas.
Por su parte, otro aspecto que fue observado por unos pocos es que mientras se realizaban las ofrendas de coronas en la vereda del museo, un obrero no dejaba de pintar las ventanas en el interior de la Casa. Y es que pese a todo, en el museo no se detuvo la actividad de remodelación para poder habilitar la mayor cantidad de salas para el Congreso Argentino de Cultura, que se abrirá el miércoles.
El desfile fue uno de los de menor convocatoria en el año, con apenas unas 2.000 personas distribuidas desde Santiago del Estero hasta Mendoza, la mayoría concentradas alrededor del palco ubicado frente a la Casa de Sarmiento. Es por eso que a lo largo de esas cuadras, sobró espacio para mirar la marcha, un panorama totalmente contrario a otros desfiles. El anterior, en homenaje a San Martín, juntó 10.000 personas en Albardón, el del 9 de Julio reunió a 30.000 en ese departamento, hubo 25.000 el 13 de junio en Capital y nada menos que 75.000 para el 25 de Mayo.
"Está muy flojo, me llama la atención tan poca gente", dijo Marcelino Ruiz, un vendedor de pochoclos que iba y venía caminando junto a su bicicleta. Los aplausos ante el paso de los alumnos apenas fueron un murmullo y en las pausas de los locutores, se escuchaba hasta el sonido del generador eléctrico de una camioneta de estudios de TV en exteriores.
Los homenajes a Sarmiento decayeron en las últimas décadas y la poca convocatoria de ayer en el desfile contrastó más que nunca con las celebraciones de los años "60, cuando la Semana Sarmientina era la fiesta más importante de la provincia.

