Una resolución del Juzgado Letrado de Jáchal (a cargo de la investigación por el derrame de solución cianurada de Veladero) que prometía llevar claridad sobre los controles ambientales en las aguas de Jáchal e Iglesia, donde se incluía en las tareas a vecinos de ambos departamentos, terminó dividiendo las aguas entre los asambleístas al punto que un grupo de ellos decidió ayer por la siesta iniciar un corte en el camino de ingreso a la mina, medida que continua en la mañana de hoy.
De acuerdo a lo que informaron fuentes judiciales, la decisión de un grupo de asambleístas de participar en los controles generó un quiebre entre los que abogan por llevar claridad sobre el impacto del derrame y los que apelan a una posición más radical, en este caso los que fogonearon el corte de ruta.
En rigor, se consensuó que cuatro vecinos van a integrar un comité de monitoreo que estará conformado por la Policía Minera, la empresa Barrick, la UNSJ, OSSE, entre otros organismos. Los propios asambleístas decidieron que los vecinos Virginia Carpio (Hidróloga) y Silvestre Sánchez, por Jáchal; y Guido Altamira y Alejandro Gutiérrez, en representación Iglesia, sean parte de esas tareas de manera activa. Este monitoreo durará unos 30 días y se analizarán aguas de los ríos Las Taguas, Potrerillos, Blanco, Jáchal, el dique Cuesta del Viento, o sea todos aquellos sitios donde se pueda sospechar que llegó el derrame.
Uno de los puntos que se supo generó diferencias entre los asambleístas más duros es que los controles van a quedar a cargo de laboratorios de la UNSJ y el Instituto Nacional del Agua (INA), cuando algunos pretendían que también estuviera en manos de la UNCuyo. “No tengo por qué discriminar a las instituciones sanjuaninas, así que decidimos que estén incluidas y sean ellas las que hagan esta labor”, dijo el juez Pablo Oritja.
Corte y tensión:
Algunos vehículos que transportaban unas 15 personas sacudieron ayer la paz de la siesta iglesiana. Se trató de manifestantes que, con sus rostros cubiertos, cortaron el ingreso a la mina Veladero, en Tudcum. Ni bien llegó la noticia a la villa cabecera de Iglesia, un grupo de empresarios y vecinos se dirigió hasta el lugar para disuadir a estas personas que no se identificaron. Los empresarios locales decidieron tomar cartas en el asunto. Lo que buscaban en un primer momento es que los manifestantes no impidieran el ingreso de los trabajadores que tenían que subir hasta la mina, ayer por la tarde. Si bien no hubo enfrentamientos, lo que más molestó a los empresarios es que los manifestantes estuvieran con el rostro cubierto y que no dijeran a qué sector respondían. “No sabemos de dónde son”, aseguró el empresario Luis Barrios.

